jueves, 5 de febrero de 2009

Todalavía

Cinco del mes,
Cinco meses ayer.

Qué pánico el que sienten mis canas porvenir,
de tanto despojo no se quieren redimir.

Que al viento tus canas infantiles ya andan,
y yo las quiero envejecer junto a mis dedos.

Qúe son cinco,
eres yo insegura y pálida
ternura,
de vernos amarradas
por una costumbre
malograda.

La realidad es que:
aún tengo miedo de los cuatro que nos esperan,
terror tengo de esperarlos sin tu venia
callejera.

Los días cuatro hay cuartos rojos,
malhechores de mi posesión.
La saliva rapaz se dispone
a carcomer los ojos de mi hijo
devoción.

La traición que se me asoma
entre las pestañas e imaginarios aromas,
la adivinas en la entraña que
te sabe,
soy,
que tú eres leona,
de tu misma condición.