jueves, 23 de abril de 2009

Detritus

Provocas locura en mis manos, tus desplantes deliran
en mi cuello,
alucinación provocas en la boca, nicotina de
recuerdo.
A la cama le duelen los riñones, la dejaste preñada
con olores, a mí me dejaste el aborto de la dolorosa confusión,
arbitraria ajustadora de desiciones,
no me mates la devoción.
Soy de tí parte tuya de mí misma,
eres la arrogancia hecha verbo,
ahora me avientas con la milicia,
a pelear yo sola batallas de los corazones
averiados,
sangrantes de detalles y de diablos.


Mujer, me reduces,
realizas conmigo miniaturas,
me tienes agridulce y sensible
en tus ataduras.
Niña de los ojos, niña del mar,
de la voz tersa y pacífica,
tienes la revolución en la lengua.

Eres la dictadora de mis escrúpulos,
pecaminosa es la grieta que has dejado
sembrada en mi sexo y mi conciencia.
No quiero más de tí mas que lo tú quieres de
de la vida.
Quiero de tí,
sonrisa ungida de viajes a ultramar,
alegrías extranjeras que te hagan
navegar salvaje a través de mi debilidad.

Te doy algo de mi siempre,
tienes mi esperanza entre los dedos de los
pies.
Mis llegadas de esa noche te las regalo,
tú las provocaste,
mujer de mis retablos.

Pertenesco un poco a tus uñas,
cortas de experiencia y largas para enamorar.

Dejo para tí los futuros de nuestras uniones,
tuyas,
mías,
mutuas,
Ahora disfrutemos de nuestras
amorosas separaciones.