Locamente te añoro,
te huelo inesperada en mi almohada.
Rememoro.
Ahora me pregunto y te pregunto...
¿Crees que sobreviva
un viaje a ultramar?
Lo dudo, me paralizo nada más de
pensar en una ausencia larga,
larga como mi nostalgia
y extensa como el infinito en el que te amo.
Mi cuerpo me agrede,
me echa bronca y duele.
Me cree culpable de tu ausencia,
no lo soy.
Ahora me pregunto y te pregunto...
¿Si brinco el charco,
no crees tú que enfermaría gravemente?
Lo sé, mi sexo ardería, mis labios
se romperían, mis senos languidecerían,
todo el cuerpo tuyo que uso para tu placer,
no me daría respuesta,
me mataría.
Los pensamientos me arrinconan,
paranóicos los recuerdos se agolpan desdeñosos,
súbitas sensaciones me recorren fantasiosas,
fantasmas ya olvidados regresaron,
me quiere traicionar la fiel palabra
que contigo he pactado.
Ahora, me pregunto y te pregunto....
¿Si se abre humeda y gran brecha
entre tú y yo, no crees que enloquecería?
Por supuesto, mi infancia retornaría
a cobrar deudas ficticias.
La obsesiva camisa de fuerza que
tan bien he escondido debajo del colchón ,
fúrica , en su retorno, me ataría.
Me quedo a tu lado, no me cabe duda.
No más distancia,
sólo los milímetros
que a nuestros labios separan
cuando así como te amo,
te amo.
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1 comentario:
Aplaudo tu elocuencia y sutil arreglo de ideas.
Muy bien, Natilla.
Muy bien.
Te dejo aquí dos besos y un abrazo que las enmarquen.
Magia bonus *
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