miércoles, 4 de marzo de 2009

Adictiva

Lo ves,
eres el narcótico que
obtengo pese a ir en
contra de tu voluntad.
Eres una necesidad sublingual,
quiero más, la abstinencia que me acosa
no la puedo soslayar.

Eres morosa en tu mirada,
tienes las armas discretas,
me tienes tan enganchada.
Espero,
temblando,
la ausencia que habrá
felizmente en la lisa y luminosa cara
que te alberga ahora deseada.

Tiemblo de ganas, poseerte será
realizar el paso de la muerte,
estoy dispuesta al arriesgue.
Me haces sentir,
que allende
el ordenador,
tú también mueres por
oler nuestras salivas combinadas.

Eres un tesoro,
precioso y pecaminoso,
resguardar quiero en mi almohada la
pasión y el antojo
que me causan tus manos
imaginadas.
Tus manos estilizadas,
que,
en sueños lúcidos,
estrechan mi sexo victorioso,
abierto a tu venida y llegada.

Para tí, me llamo como todos los nombres,
soy tu facilidad,
quiero ser la intención de tu lengua y tus labios,
eres todos mis pasados.
Le hago el amor a la fortuna y
a ti te lo haré
en el momento de encontrarnos.

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