La mentira que desató aquel huracán
ahora es visible con el caleidoscopio de tu
almohada, visionaria de besos, receptáculo
de pesadillas piadosas.
No quise herir la susceptibilidad de tu cuello,
no pretendo dañar la sensibilidad de tu vientre,
sin embargo,
tengo la intención de comerme el color
de tus ojos,
de arrancar la ternura de tu vida,
de desangrar la comisura de tus palabras.
Ahora que tengo remitente temporal, me
dedicaré a rendir pequeño culto a los días
que te avisan ya un poco más mía.
Sí, la pretensión ahora se hace ajena,
voy haciendo propio tu deseo.
Mis ganas salivan ante tu portento,
motivas la procesión,
tú eres la causa
de las multitudes que gritan,
sin ocultar, mi admiración.
Abstemia de miradas quiero ofrecerme
ante ti,
recibe en subasta a la que te quiere,
gánate la platea más alta,
pues mis manos orfebres trabajarán
más cadenas que te adornan, mientras a mi
me atan.
Recíbeme absurda de amores,
abre pieles, recorta recelos....
no hace más falta que la diáfana
caricia que mis ojos hacen a tus anhelos
para llamarme
como tú,
para confundirnos
para perdernos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario