martes, 22 de julio de 2008

Anatomía es Destino

Clarividente de los reptiles

albergados largamente bajo

las sombra infinita de tus ojos,

distrae el tacto que se extiende,

que se esfuerza hasta la humedad de tus rodillas.

El filtro ensalivado que recorre olores,

que recorre sublime la mirada de los extraños,

sí, el fuego que se presta es egoísmo

enmascarado de antojos.


Velocidades de putas, cariños embrujados,

el maldito deseo que pulula

mi cuello y mis orejas hacen de tu juventud

algo inclasificable.

Ven, llama, dime que las calaveritas

no serán sólo un adorno de la lengua.

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