sábado, 19 de julio de 2008

Quiero que me comas

De nuevo entre colchas,

entre telas perdidas,

cálculo de lenguas

orgía de olores

lamento mi urgencia,

recreo en mi saliva tu nombre.

Las torpes uñas gimiendo,

encontrando paredes

límites sordos.

No me confundas

aquí en estos bosques,

sabes,

siempre que puedo

me escondo.

Resguardo en mis manos lo redondo,

cicatrizo tus lugares comunes,

me indigno ante la desnudez que

haces tuya, que invita.

Sudores, pánicos de no verte

inmensidades por abarcar

arribo de sales,

marejada de incertidumbres.

Los ruidos que anuncian,

las articulaciones que queman,

las suavidad de tus voces

sureñas con sabor a norte,

a la considerada pregunta

los dedos responden.

Estrechez que viene

que va

que se queda apretujando

labios y dientes.

Destino final,

gracias,

por siempre

y

para siempre,

qué rico.

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